
El 21 de marzo de 1960 en Sharpeville, Sudáfrica, la policía asesinó a 69 personas, al abrir fuego en una manifestación pacífica en contra las leyes del apartheid. Seis años después, en 1966, la ONU proclamó el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Pese a que han transcurrido 61 años desde ese logro, el racismo y la discriminación continúan presentes por todo el mundo. En España la pandemia ha expuesto prácticas sistemáticas de racismo institucional. Durante la vigencia del estado de alarma, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (Guardia Civil, Policía Nacional, Policías autonómicas y Policía Local) quedaron bajo el mando del Ministerio del Interior, pudiendo imponer sanciones a quienes no cumplieran las restricciones acordadas por las autoridades. El uso de perfiles raciales por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es “una práctica endémica en España”, así lo concluyó El Grupo de Trabajo de Expertos sobre los Afrodescendientes ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDH) en 2018 y ahora se ha hecho evidente. La organización SOS Racismo Madrid indicó que, solamente entre el 15 de marzo y el 7 de abril, se realizaron en la capital, por parte de la Policía Nacional, al menos trece identificaciones por perfil racial, cuatro a jóvenes marroquíes y ocho a hombres afrodescendientes cuando todos ellos se dirigían a realizar compras básicas. Cuatro de estas identificaciones se realizaron a personas en situación administrativa irregular, quienes fueron amenazadas con ser “expulsadas del país en cualquier momento”, por lo que se vieron obligadas a un confinamiento total, señalan desde la ONG.