Artículo original de Zana
Dice la declaración institucional al efecto, que la violencia de género es consecuencia de la desigualdad y de las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres. También dice que ha dejado de ser algo dentro del ámbito privado para convertirse en un problema de todos.
Un frase con un profundo calado, que se incrusta en lo más hondo, y también más enlodado, de nuestras raíces como sociedad. Si es que se puede llamar sociedad a algo basado en la discriminación, el sometimiento, la subordinación y, lo que puede haber sido el mayor castigo y germen de la amplificación de las agresiones, el impedimento histórico, social y a veces legal, para desarrollarse tanto afectiva como profesionalmente.
Y, sin embargo, hay una pieza que no acaba de encajar en este puzzle.